ACCIÓN APOSTÓLICA
Evangelización y promoción humana
- 1. Corazón de nuestra misión evangelizadora
es el anuncio de Cristo: somos, siempre y en todas partes,
testigas alegres de la gloria del Resucitado,
para contar a todos el Evangelio de la Esperanza
con la fuerza de la fe.
- 2. Y mirando a Él vivimos
en la radicalidad evangélica, simplicidad, pobreza y alegría franciscana,
la misión de evangelización y promoción humana
de los más desfavorecidos y necesitados,
especialmente de los pequeños y de los jóvenes[1].
- 3. Caminamos, por lo tanto, en la Historia
"con el espíritu y el celo de apóstola y misionera"[2] de Madre Miradio,
animadas del deseo profundo
de trabajar por la gloria de Dios porque “sea alabado y amado” [3].
Espiritualidad de inserción
- 1. Nuestra vida misionera es alimentada y sostenida
de una fuerte espiritualidad de inserción
en las condiciones de vida del pueblo,
de presencia entre la gente, de solidaridad,
de compasión y ternura materna,
de defensa y promoción de la mujer,
de fraternidad e igualdad.
- 2. Vivida con la humildad y la mansedumbre de las bienaventuranzas[4],
se convierte en desafío y profecía contra cada forma de dominio y de poder.
El territorio, nueva obra
- 1. "Sobre las Vias misteriosa de la Providencia de Dios"[5]
se nos pide el mismo "espíritu de caridad activa"[6]
de Madre Miradio que sus palabras nos revelan:
"La voz del pueblo me conmueve y me desarma" [7].
Para esto estamos solicitadas a ofrecer, sin cálculo,
con corazón misericordioso y amoroso,
nuestros dones de naturaleza y de gracia difundiéndolos,
en abundancia y sin economía,
a los pies de nuestros hermanos y hermanas[8].
- 2. Habitamos el territorio como lugar teológico[9]
donde Dios vive. Él es la nueva obra
en la cual estamos llamadas a vivir y a testificar
la espiritualidad de la Encarnación[10].
- 3. Por esto trabajamos
"por la salvación de las almas
y por el bien espiritual y corporal de los pueblos "[11],
con aquel trato de proximidad, propio de nuestro Carisma,
con el estilo de Jesús.
Misioneras de la caridad
- 1. Somos "misioneras de la caridad"[12], siempre y en todas partes,
sea en la tierra de origen que más allá de los confines de nuestra patria.
- 2. Con una ardiente acción misionera,
anunciamos el Evangelio de la paz,
de la justicia y de la misericordia[13],
asumiendo las directrices de la Nueva Evangelización[14],
tenaces y pacientes en el afrontar dificultades y pruebas,
abiertas a la colaboración con todos aquellos
que buscan sinceramente el Reino de Dios,
respetuosas de la cultura y de las riquezas de cada Pueblo.
Amorosas como María
- 1. En el deseo de ser amorosas
como una madre[15], siempre y con todos,
miramos al Corazón Inmaculado de María, nuestro Modelo[16],
para aprender los rasgos de un estilo misionero discreto y ardiente,
atento y cercano a las situaciones humanas,
expresión de una feminidad totalmente fecunda.
- 2. Como Ella, Madre y Discípula del Hijo,
queremos ofrecer una presencia atenta y solícita
en las Iglesias locales en las cuales vivimos;
queremos servir a los hermanos con la misma amorosa disponibilidad
con la cual Ella ha acompañado Isabel,
curado el crecimiento de Jesús,
participado a las bodas de Caná
y sostenido los primeros pasos de la Iglesia.
En camino con la Iglesia en la Nueva Evangelización
- 1. En virtud de la irrenunciable dimensión misionera[17]
de nuestra vida religiosa
somos inseridas en el camino eclesial[18] de la Nueva Evangelización[19]
de los hombres y de las mujeres de nuestro tiempo.
- 2. En este contexto,
y en plena sintonía
con la pasión misionera de Madre Miradio[20],
desafio y fin último de nuestra acción apostólica,
en cada lugar y en cada tiempo,
es "la gloria de Dios y el bien común" [21].
Opción preferencial por los pobres
Conscientes que la preferencia por los pobres
pertenece al corazón del Evangelio,
queremos promover la justicia y el respeto
de la dignidad de cada persona y de cada Pueblo,
colocándonos junto a los pequeños y a los pobres[22],
icona del Señor[23],
ocupándonos de lo que el mundo descuida[24].
Caridad educativa
- 1. Somos llamadas a educar
las conciencias de la infancia y de la juventud
“a lo verdadero, a lo bueno y a lo bello”[25]
a través de “la formación del corazón
e inspirando en ello sentimientos de amor”[26]
a fin de que puedan contribuir
a la construcción de una sociedad mejor[27].
- 2. Por esto acompañamos las jovenes generaciones
mediante una caridad educativa
que no trasmite nociones, teorías o esquemas
de comportamiento, sino suscita demandas,
ofrece respuestas de sentido y contribuye a crear
una nueva cultura humana y cristiana[28].
Proyecto Apostólico General
- 1. Convergíamos todas
en un común Proyecto Apostólico General[29],
expresión de la unión de espíritu
en la recíproca caridad.
- 2. Esto nos compromete a favorecer la organización,
la cooperación y el compartir de energía,
competencias y recursos,
a fin de que la misión realizada sea unitaria,
vivida en fidelidad creativa a nuestro Carisma
y en el respeto de la sana Tradición
de la Congregación.
Obras y Servicios
- 1. A la escuela de la “gran acción social”[30]
desarrollada de Madre Miradio[31],
continuamos a hacer la opción de los pobres,
alimentamos la disponibilidad al servicio eclesial,
curamos la misión educativa
hacia los pequeños y los jóvenes.
- 2. Cultivamos una profunda proximidad
a la persona y a su historia
a través de escuelas, comunidades para menores,
comunidades para ancianos,
comunidades de inserción
y todas aquellas obras y servicios
que nos permitan de rendir significativa
la intención fundacional de Madre Miradio.
- 3. Las obras y los servicios
en el campo de la caridad socio-educativa
y de la evangelización,
son signo de una presencia evangélica
a servicio del primado di Dios y de la persona.
Por esto nos dedicamos a ellos
con competencia profesional,
atención del corazón[32],
sentido de gratitud y del compartir[33].
Signos de los tiempos
- 1. La presencia del Espíritu nos invita
a dejarnos provocar de las voces de la Historia,
de las invocaciones de los pobres y de una sociedad
muchas veces herida y confusa.
Esta Historia, que nos pertenece,
en la cual Dios es presente y trabaja,
es el lugar donde experimentamos la Gracia,
donde servir la humanidad es buscar la Gloria de Dios.
- 2. Fieles a la inspiración fundacional de Madre Miradio
y en la fidelidad dinámica a nuestra misión,
“a la ocurrencia según la necesidad”[34],
adaptamos las formas a las nuevas situaciones
y a los diversos contextos[35].
[1] Cfr. Madre Miradio, Palma Campania, 25 agosto 1918.
[2] Cfr. Mons. Alberto Costa, 19 diciembre 2013.
[3] Madre Miradio, Palma Campania, 09 septiembre 1925.
[4] Cfr. Mt 5, 1-12.
[5] Madre Miradio, Palma Campania, 22 abril 1919.
[6] Ibidem.
[7] Madre Miradio, Palma Campania, 19 julio 1922; cfr. Ex 2, 23-25.
[8] Cfr. Mt 26, 10-13.
[9] Cfr. Jn 1, 11-14.
[10] Ibidem.
[11] Madre Miradio, Cardito, 06 noviembre 1904.
[12] Madre Miradio, Secondigliano, noviembre 1926.
[13] Cfr. Mt 5, 1-12; cfr. VC 33.
[14] Cfr. VC 81.
[15] Cfr. 1 Ts 2,7.
[16] Cfr. Constituciones 1926, 123.
[17] Cfr. VC 72.
[18] Cfr. VC 74.
[19] Cfr. Sínodo sobre la Nueva Evangelización, octubre 2012.
[20] Cfr. Mons. Alberto Costa, 19 diciembre 1926.
[21] Madre Miradio, Palma Campania, 23 marzo 1921.
[22] Cfr. VC 82; Santo Domingo 178; cfr. Madre Miradio, Palma Campania, 25 agosto 1921.
[23] Cfr. Mt 25, 31-40.
[24] Cfr. Constituciones 1926, 2.
[25] Madre Miradio, Palma Campania, 22 abril 1919.
[26] Constituciones 1926, 261.
[27] Cfr. Constituciones 1926, 261; cfr. Madre Miradio, Sapri, 1912/1913.
[28] Cfr. VC 96-98.
[29] Proyecto Apostólico General, Religiosas Franciscanas de San Antonio, 2011.
[30] Madre Miradio, Secondigliano, noviembre 1926.
[31] Cfr. Madre Miradio, Secondigliano, noviembre 1926.
[32] Cfr. Constituciones 1926, 255-259.
[33] Cfr. DCE 31.
[34] Madre Miradio, 25 agosto 1918.
[35] Cfr. VC 37; RdC 13; PC 20.
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